Esta gatita callejera estaba malnutrida tenía miedo de la gente, pero solo necesitó un poco de cariño para volver a confiar en los humanos. Ahora esta preciosa gata calico adora los mimos y a su dueña Coudray.
“Inmediatamente quise adoptarla aun sabiendo que era ciega, pues anteriormente ya había vivido con un gato que se había quedado ciego con la edad,” explicó Coudray. “La última vez que me fui de viaje a Normandía unos pocos días para ver a mi familia, la dejé al cuidado de mi hermano. Ella me esperaba casi todos los días en mi cama. Ahora no puede estar sin nosotros, ni nosotros sin ella. Nos da mucho amor y alegría.”