Más de 200 escuelas fueron tomadas por centenares de jóvenes, en su mayoría menores de edad, quienes logrando frenar la reforma impulsada por el gobierno que, entre otras cosas, significaba el cierre de escuelas.

Se trata un hecho ocurrido en 2015 en São Paulo, en el sudeste de Brasil, de forma similar a las movilizaciones estudiantiles en Chile.

Tal como consigna El País.com «la protestas arrancaban de forma pacífica: adolescentes con caras pintadas coreaban, cantaban, saltaban y bailaban, como si estuvieran aprovechando el horario de recreo para reclamar que la educación fuera una «prioridad» del Gobierno. «¡Nos vamos a convertir en Chile!«, gritaban, en referencia a la Revolución de los Pinguinos, que también llevó a miles de estudiantes a las calles en 2006 en ese país».

En mabos casos la reacción de las autoridades fue la misma: para negociar con los manifestantes envió a la Policía Militar. «Con sus grandes escudos, chalecos antibala y porras en manos, los agentes se dirigían a los estudiantes para intentar convencerles de abrir las carreteras para los coches. Sin éxito, finalmente utilizaban bombas de humo y, a veces, balas de gomas para dispersar a los estudiantes. Al menos 30 personas fueron detenidas a lo largo de la semana», consigna el diario español.

Agotado y con la popularidad en el suelo, el gobernador de la zona cedió provisionalmente su plan educacional y el titular de Educación anunció su dimisión.

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