“La madre de todas las batallas” así se ha titulado a la elección municipal en la comuna capital. La foto en el balcón del Palacio Consistorial la tarde de ese día es vista por muchos, como un anhelado trofeo que supuestamente anticipa quien llegara a La Moneda el año siguiente. Esta marcada preponderancia de la elección local en Santiago, comienza hace ya varios años. Recordemos cuando un exalcalde salta de Las Condes al kilómetro 0 para preparar su plataforma presidencial. Más tarde por la supuesta importancia politica de ganar Santiago, el PPD sacrifica innumerables cupos para llevar a uno de sus entonces prohombres a la alcaldía, exacerbando aún más el mito que desde la Plaza de Armas se ve el Palacio de Gobierno, cayendo éste expresidente de la Cámara, en manos de un Ingeniero independiente, que realizó un proceso de ordenamiento que hasta hoy se valora y recuerda, como alguien serio que vino hacer “la pega”.
Luego disputa el cargo, y resulta vencedor un mediático alcalde, que venia del “Chile real”, quien tuvo como contraparte a una figura municipal de los 90, y sin duda una marca registrada en la comuna, pero que no logro convencer a los nuevos electores, que poco conocían de su anterior gestión. Transcurrida esa administración, viene una elección marcada por la altísima abstención del voto voluntario, y por haberse sentido el postulante a la reelección dueño de “el balcón”, antes de tiempo. Así las cosas, y contrariando a la mayoría de las encuestas, logra llegar al sillón Santiaguino, la exdiputada del distrito. Ignoraban eso si, las complejidades del cargo y del mundo municipal en general, muy distintas ciertamente a las de un congresista.
Supuestamente la “vitrina que da el cargo”, el “roce internacional” y la importancia por ser la comuna capital, conjugan para transformar al edil capitalino en un potencial Presidenciable. Por ello seguramente, algunos –cada vez menos- buscan una figura nacional que dispute el cargo. Lo sorprendente es que todos los que asumieron pensando aquello, se los término por tragar Santiago, ningún alcalde capitalino ha llegado a ser Presidente. Hoy ya nadie habla, por ejemplo que la actual edil sea la carta de la Nueva Mayoría para la próxima elección Presidencial, recordemos que asumió el cargo en categoría de presidenciable. Es más encuestas encargadas por el Gobierno señalan que el oficialismo está en riesgo de perder Santiago; seguramente por los innumerables problemas de gestión y politización que ha presentado la actual administración. Como incubadora de presidenciables, claramente Santiago es abortiva.
Al final de cuenta los más perjudicados con la politización exacerbada de la elección municipal y en buscar transformarla por las cúpulas políticas en un trampolín “para”; han sido los propios vecinos. Demandan no más alcaldes bizcos en la Plaza de Armas, las complejidades de la gestión requieren que los dos ojos estén puestos en la comuna, en sus problemas y avocados en solucionarlos. A ocho meses de la elección ojala que ahora, los partidos comprendan lo anterior y escojan con sensatez sus postulantes tanto a alcaldes como concejales, y que los vecinos, quienes tienen la fuerza para poder elegirlos, concurran masivamente a sufragar pensando en Santiago, la comuna capital.