Una decena de turista sacan del agua a dos crías de Delfín Franciscana para hacerse fotos con ellas. Rápidamente se crea un tumulto alrededor de las personas que los sujetan. Todo el mundo piensa en sí mismo, pero nadie en el animal. Uno de ellos termina muriendo deshidratado.
Las imágenes, que comenzaron a circular por las redes sociales después de la denuncia de la Fundación Vida Silvestre, han generado una gran indignación en todo el mundo. “Los usuarios claman ahora contra el comportamiento de los allí presentes y contra el instinto egoísta del propio ser humano”, reporta Huffington Post.
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