La intención es evaluar médicamente a los vecinos y conocer cuál es su condición de salud tras respirar el humo tóxico que dejó el siniestro y que provocó variados problemas como vómitos, náuseas, dolor de garganta y congestión ocular.
Además, estudiarán el posible desarrollo de enfermedades broncopulmonares derivadas de la inhalación constante del humo, junto con poner énfasis en pacientes críticos, abuelos y bebés menores de seis meses.
El control será realizado puerta a puerta por representantes del Ministerio de Salud.