Mandar recados por los medios y responder al adversario o aliado político se ha vuelto en una constante por estos d
ías. En esta suerte de guerra de “plumazos” se mandan mensajes a través de El Mercurio y La Tercera. Este domingo, en el diario del empresario de origen árabe Alvaro Saieh, el ex ministro , Sergio I. Melnick, hace un recorrido de las actuaciones de la Democracia Cristiana desde los años’70 hasta nuestros días. También, le recuerda cómo abandonaron a Allende, a quien apoyaron, y luego apoyaron el golpe de Estado de 1973.
El texto completo de la opinión de Melnick: “La DC tiene la palabra de la historia”
“Los partidos de centro son siempre criticados por parecer ambiguos, y eso refleja muy poco entendimiento de lo que es realmente el centro. Por definición el centro requiere tener conexiones y redes con ambos lados de la ecuación y por ende, tienen dentro de su espacio personas capaces de conversar y negociar con todos los sectores. Es su rol esencial, el centro es balance, equilibrio, tolerancia, diálogo. En nuestro país, el partido radical alguna vez fue de centro laico pero dejó de serlo al moverse a la izquierda y quedó a punto de desaparecer. Hoy solo sobrevive, es casi simbólico y vive de la memoria de los antiguos gobiernos radicales. El PR se derrumbó en el desprestigio de la corrupción (“no me den, pónganme donde haiga”) y muchos de sus votos terminaron en la DC que creció hasta ser el principal partido del país, como lo fue el PR en su momento. El matrimonio de la DC con la izquierda la está llevando al mismo destino del PR. Ya dejó de ser el principal partido del país, ha perdido más de un millón de votos en el affaire. Pero la historia le da nuevamente un rol principal”.
“En el año 1970 la DC tuvo el futuro en sus manos y debió decidir entre Allende y Alessandri. Difícil. Siempre se había elegido a la primera mayoría, pero eso era tradición, no una ley. Ahí es donde los grandes hacen la diferencia. No tuvieron el coraje en esa ocasión”, recuerda Melnick.
“Históricamente la DC, de inspiración cristiana y cooperativista, fue siempre antagónica a la izquierda marxista que calificaba a la fe como el opio de los pueblos y predicaba la lucha armada por el poder y la dictadura del proletariado. Pero finalmente le creyó el cuento a la UP, firmó un pacto, y nombró a Allende. Por cierto, la izquierda no respetó el pacto de garantías constitucionales, nunca tuvo la intención de hacerlo, usó los famosos resquicios legales, polarizó al país, lo quebró económicamente, y finalmente fue declarado fuera de la Constitución por el Congreso”, sostiene el ingeniero comercial.
“Así, la DC empezó a tratar de reparar el error que había cometido al confiar en quien no se podía confiar. El país se caía a pedazos, de manera muy similar a lo que ocurre hoy en Venezuela. La DC integró la CODE con la derecha y pasó a ser abiertamente opositora de Allende. Eso la puso nuevamente en una encrucijada histórica, ya que el gobierno de la UP ya no se sostenía en pie. No hubo la capacidad política para salir del atolladero. Los grupos armados de izquierda crecían, alimentados desde toda América Latina e inspirados en la revolución cubana, entonces en boga. También se organizaban los grupos de choque de la derecha. La Guerra Fría campeaba, Chile era de alguna manera un lugar de enfrentamiento entre EE.UU. y la URSS. Así, ya en la crisis insalvable, la gran mayoría de la DC (salvo 13 militantes que firmaron una carta) directa o indirectamente apoyaron el pronunciamiento militar del 73, y ello fue sin duda determinante en que ocurriera, como fue documentado por Frei y Aylwin en forma posterior al Golpe. Frei incluso donó anillos. Importantes miembros o simpatizantes de la DC participaron del Gobierno Militar en sus inicios, especialmente en la conducción económica. En unos pocos años, la DC se transformó en abierta opositora a Pinochet. Al unirse a la izquierda formó la Concertación, y marcó el plebiscito del 89, en que Pinochet obtuvo un 45% más o menos. Con la izquierda han armado cinco gobiernos, dos de la DC. En este cuarto gobierno, en que se sumó el PC, IC, y el MAS las cosas no marchan muy bien. La izquierda resiente el apoyo de la DC al Golpe, jamás lo perdonarán, pero no recuerdan cuando le dio la presidencia a Allende”, sostiene Sergio Melnick.
“Así, la historia vuelve a poner a la DC en el rol de decidir el futuro del país. La Nueva Mayoría se ha ido corriendo sistemáticamente a la izquierda. Ya no es centro izquierda como fue la Concertación. La aplanadora es contraria a todos los principios del centro. Lo peor es que las reformas son muy desprolijas y el desprestigio del Gobierno es simplemente inédito. Bachelet dijo que era “wishfull thinking” moverse al centro, que es justamente lo que la DC representa en ese lote. Bachelet en particular ha maltratado sistemáticamente a sus ministros del Interior de ese partido”, argumenta.
“Entonces, lo que haga o no haga la DC será determinante en el futuro actual del país. Si se sale del conglomerado, éste quedará reducido a la UP. Si se queda terminará despareciendo, ninguneada por sus socios. Si el país no se centra, la polarización terminará en una crisis que ningún partido de centro desea. La libertad de educación está en jaque. El empresariado desprestigiado y la economía planea a la baja sistemáticamente, ahora ayudada desde el exterior. La DC definirá para bien o para mal el destino de Chile en la próxima década o más. Ojalá lo haga sabiamente”, afirma Sergio Melnick.