Revista Qué Pasa, del Grupo Copesa del empresario Alvaro Saieh, publicó correos (en manos de la fiscalía que investiga el caso SQM), entre Pablo Longueira como senador y e gerente general de la minera de Ponce Lereou, quedando más o menos claro que el parlamentario UDI estuvo a favor de lo que pedía la minera para la tramitación de la ley de Royalty Minero.
Este domingo, Longueira, usando el recurso de “columna de opinión” salió a defenderse de la información publicada, pero en ningún caso se refiere a ellas, más bien es una columna quejumbrosa, lastimera donde acusa de mal trato, filtraciones y defiende su calidad valórica como “ignaciano” (¿Qué dirá San Ignacio de Loyola de esto?).
Titulada “tiempos para la fortaleza”, Longueria expone que: “La actividad política y quienes la hemos ejercido en los último 20 años vivimos una situación muy difícil. Desacreditada y desvalorizada ante la ciudadanía como pocas veces antes, la función pública y la mayor parte de sus actores recientes estamos siendo objeto de investigaciones judiciales que, paralelamente, son acompañadas de un juicio público a través de filtraciones parciales de antecedentes sesgados que destruyen la reputación de los afectados, sin que jamás se sepa la motivación y la autoría de esta vulneración de los derechos de las personas investigadas. De esta manera, aun cuando luego de una larga y prolija investigación y posterior proceso judicial se acreditara que una persona no cometió delito alguno, la destrucción de la honra y el sufrimiento personal y familiar resultan irreversibles e irrecuperables”.
Si usted esperaba que Pablo Longueira respondiera públicamente sobre los correos que lo enlazan en una relación abietamente corrupta con SQM, pierde su tiempo porque ello no ocurre: “No voy a hablar en estas líneas –ni correspondería hacerlo- de detalles de mi situación personal, en la que he resuelto ejercer por el momento el derecho a guardar silencio que la ley otorga a todo ciudadano, a la espera de contar con toda la nformación necesaria para ejercer mi defensa y acreditar mi inocencia”.
En el siguiente párrafo esboza levemente que algo ha tenido que ver con la búsqueda de recursos para la actividad política: “Me duele ver a la mayor parte de los dirigentes políticos tratados como delincuentes, atacados y escarnecidas. El financiamiento de la actividad política es una de las tareas más ingratas y difíciles que les corresponde realizar a quienes han ejercido liderazgo en los partidos políticos del país…”.
¿Otro santo para Chile? Así podría titularse el siguiente párrafo de la columna de Longueira: “He dedicado mi vida a la actividad pública. Opté por ella como un camino de servicio forjado por mis padres y por la enseñanza ignaciana, que sostiene que solo en la preocupación por los demás se alcanza la plena realización humana”.
La reflexión-al estilo de Eliodoro Matte- culmina con “A pesar de las adversidades y los errores, la política sigue siendo una actividad noble y un camino de servicio a nuestros semejantes”, sentencia Longueira, don Pablo.
Demás está en señalar que todas las informaciones emanadas de las investigaciones judiciales demuestran que la UDI es el partido que ha recibido mayor cantidad de aportes económicos.