El especialista en economía laboral de la Universidad de Turín y economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán, conversó con Infogate sobre los alcances de la Reforma Laboral presentada por el gobierno en el Senado en el presente mes.
Esto, en el marco de las 100 indicaciones introducidas por el Ejecutivo a la iniciativa, el pasado 10 de diciembre, que propone entre otras modificaciones la figura de “las adecuaciones necesarias” que permite el reemplazo de los “puestos de trabajo” que dejan vacantes los trabajadores en huelga, en el contexto de la encendida discusión que ha girado en torno a aprobar la prohibición de reemplazo “de los trabajadores en huelga”.
Indicaciones que ‘sacaron ronchas’ tanto en la oposición, que criticó la prohibición de reemplazo, como las opiniones vertidas por el ministro Andrés Velasco quien criticó la mantención de esta figura esgrimiendo que su eliminación “habría ayudado al empleo y productividad”.
Como a sí mismo en algunos senadores de la Nueva Mayoría como Juan Pablo Letelier (PS) y Adriana Muñoz (PPD) que calificaron de “retroceso” la indicación de las “adecuaciones necesarias”.
-La antropóloga Valentina Doniez declaró que la Reforma Laboral obligaría a una “excesiva judicialización” de la negociación colectiva, ¿qué opinión le merece este análisis?
-Efectivamente es un retroceso. Que se provoque en la expedita aplicación de la negociación colectiva al interior de la empresa es grave, en la ya desfavorable situación que experimentan los trabajadores en su relación con el empresario y en su poder real de negociación. La negociación colectiva va a estar muy mediada por la justicia, es un riesgo porque se le resta la autonomía al movimiento sindical. Es una visión muy neoliberal propia de la mentalidad que existe en Chile y sus gobiernos de someter a los sindicatos a un padrino, la Dirección de Trabajo, que tienen una visión ideológica, una concepción hacia lo laboral de querer contener el alcance de las disputas laborales.
-¿Cree usted que la Reforma Laboral representa un gran avance para los derechos de los trabajadores cuando en la realidad sus indicaciones son otras?
-La reforma es un engaño, eso sin duda, porque se vende un cambio en el eje de fuerzas pero no hay un cambio, en realidad el poder de los sindicatos se debilita porque hay una concepción de ver el sindicalismo como una acción de empresa y no un sindicalismo más activo y político como en Uruguay, donde este históricamente ha estado influenciado por el anarquismo. En la actual reforma laboral hay una continuidad y no una ruptura en la filosofía política. La idea es que se pueda controlar la huelga y esta esté arbitrada, custodiada, por lo que digan los tribunales de Justicia Laboral.
-¿Es la judicialización de la negociación colectiva la puerta de entrada para que los sindicatos se vean enfrentados al poderoso ‘staff’ de abogados de las empresas?
-Los sindicatos tienen una posición frágil y no tienen el poder financiero para soportar el poder del equipo de abogados que contratan las empresas, es la puerta trasera de las leyes y eso solo lo dominan los abogados de las empresas, se produce una asimetría total. Los sindicatos no pueden costear un abogado permanente, es una tradición donde el gobierno se aprovecha de que el sindicato está excesivamente reglado, el dirigente sindical se ve enfrentado a la presión de transformarse en un experto en normas legales pues son más de 300 los artículos, son plazos y fechas que si no se cumplen la negociación colectiva fracasa.
-¿Es la designación de dirigentes adeptos a los partidos de gobierno una forma de controlar los sindicatos?
-En el caso de María Rosa (DC), ella efectivamente tiene características diferentes a las de Arturo Martinez (PS), pero han sido de partidos de gobierno y han existido pactos para mantener cierta estabilidad. La Reforma Laboral claramente no es un triunfo para los trabajadores, es una estafa, dice que restituirá los derechos que han sido usurpados por la dictadura y en la práctica se mantiene es status quo.
-¿Cuáles son indicadores que clarifican la situación actual del sindicalismo?
-La situación chilena es crítica, la sindicalización es de un 14,7% del total de asalariados, la negociación colectiva por otro lado es menor al 10% y la Reforma Laboral es poco lo que podrá cambiar, para que suba la negociación colectiva tiene que existir negociación interempresas, es decir más allá de las empresas.
-¿Cuál es la posición del gobierno en torno a la negociación colectiva interempresas?
-En diversos debates se ha planteado al gobierno la necesidad de la negociación interempresas y ellos han dicho que prefieren mantener la negociación colectiva a nivel de la empresa, al interior de la empresa y no abrir la negociación al ámbito de las áreas de actividad, es decir, por ramas productivas. La no negociación por ramas le garantiza al empresariado que las tasas de ganancia no se tocarán.
-¿Cuál es la situación actual de la negociación colectiva en el mundo sindical?
-Es la pregunta del millón: en los últimos 10 años los reajustes, es decir los aumentos de sueldo, conseguidos por concepto de negociación colectiva no superan el 1%, es lo que ha conseguido este sistema de negociación que el gusta el ‘stablishment’, esta reforma no es un cambio, es un retroceso, de ninguna manera se puede calificar esta reforma de un avance. Por actividades no hay avance en la actual reforma que se ha presentado, apenas algunos cambios cosméticos como cambiar la duración de la negociación colectiva de 4 a 3 años, la titularidad sindical que es la activación del beneficio conseguido por el sindicato para el trabajador que se sindicalice después. La consigna es que la negociación colectiva no se toque y salga del interior de la empresa.
-¿Cómo calificaría la situación del trabajador chileno?
-El 50% de los trabajadores trabaja por US$ 500 dólares al mes, ese es el nivel de salario en chile, si el arriendo más barato es de US$ 400 dólares el sueldo es insuficiente y se le obliga al trabajador a entrar en la pesadilla del crédito y eso inmediatamente le disciplina como quiere el empresario y se le impide ser un agente de cambio.