viernes, noviembre 22, 2024

Transbank, una forma muy particular de corralito

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«Transbank es un monopolio, pero ya no natural, sino que artificial«, aseguró esta semana Mario Ybar, subfiscal Nacional Económico, quien además dijo: «Los comercios de Chile cuando necesitan una máquina de POS (dispositivo electrónico para la gestión de venta) y llevar adelante una transacción electrónica no negocian con un banco, sino que lo hacen con todos los bancos, quienes conjuntamente a través de Transbank imponen la tarifa que tiene que establecerse«.

La empresa chilena, encargada de la administración de las tarjetas de crédito y débito bancarias del país, nació en agosto de 1989. Está formada por siete bancos que se unieron para formar la Sociedad Interbancaria Administradora de Tarjetas de Crédito S.A., la que luego sería Transbank S.A. Sus mayores accionistas son Banco Santander con 32,7% de participación y Banco de Chile con 26,2%. Entre los dos suman casi 60% de participación.

En tanto, BancoEstado, Banco Crédito Inversiones (BCI), CorpBanca y Scotiabank tienen 8,7%, mientras que el BBVA tiene 6,3%. Este último, habría igualado a las instituciones anteriores luego que «Santander entregó una parte».

Asimismo tienen acciones: ABN-Amro Bank, Banco Banco del Desarrollo, Banco Falabella, Banco Internacional, Banco Security, Banco Itaú, Citibank, Morgan Chase Bank, Presto, Consorcio y Tarjetas de Chile S.A.

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La monopólica empresa -a su vez- trabaja con las empresas Redbanc (cajeros automáticos) y Nexus (tarjetas extranjeras)

Una fuente cercana a la empresa explica a Infogate la forma en que opera esta empresa y nos dice cómo la posición monopólica ha afectado al mercado.

Comienza comentándonos que los bancos que tienen una participación igual a 8,7% o menor a ese porcentaje «están allí porque son parte del modelo».

Recuerda que BancoEstado ha intentado competir con Transbank a través de «Caja Vecina» y que la sociedad de Javier Etcheberry ha intentado hacer lo mismo a través de «MultiCaja». Y luego nos explica: «A nivel de tecnología están a la mano, sin embargo les falta la implementación que está relacionada con los bancos, con sus redes de seguridad y base de datos«.

Ese es el problema, recalca nuestra fuente. «Tenemos en Transbank un montón de bancos asociados en una misma empresa, que define sus propias políticas internas y que además tiene una empresa donde sólo pueden acceder a esa base de datos».

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«Si pensamos que es un monopolio, debemos conocer cómo funciona ese monopolio. Si un negociante quiere tener una máquina Transbank tienes que contratar y pagar por ese servicio. Pagar alrededor de 0,60 UF mensuales, es decir $20.000 por la máquina y además pagar una comisión por cada una de las transacciones que se realizan. Para que tu tarjeta pueda funcionar en la máquina tú tienes que pertenecer a ese modelo«, comenta.

Ahonda en el tema señalándonos que Transbank jamás cobra al usuario de la tarjeta el porcentaje por servicio. Se lo cobra al mismo banco que pertenece a Transbank. «Entonces es el propio banco que le da plata al modelo, para que éste le genere dinero al propio banco. Es una especie de ‘corralito’ muy particular. Es la propia plata de ellos dando vuelta», sentencia.

Le preguntamos a nuestra fuente qué pasa si aparece otro actor en el mercado, como BancoEstado, y qué posibilidades tendría. Nos responde: «Lo que va terminar pasando es que unos bancos van a decir ‘tú banco no tiene acceso a mis datos’ o Transbank dirá a sus proveedores que no le entregue el soporte tecnológico a la competencia«.

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Un punto no menor, nos advierte, es el hecho de que este monopolio no está solamente armado a nivel de un diagrama de flujos monetarios. Está construido además en base a una situación tecnológica. Da como ejemplo, el proyecto de ley anunciado por los senadores Manuel José Ossandón, de Renovación Nacional, y Eugenio Tuma, del Partido por la Democracia (PPD) que busca facilitar la libre competencia en el mercado de pago bancario y dar fin al monopolio que mantiene Transbank en el área.

«Los parlamentarios por un lado no quiere tocar ese monopolio y, por otro, nos quieren decir que hay más alternativas. El negocio son las tarjetas de crédito, que son en el fondo los dineros que tienen mayor volatilidad«, reflexiona.

Le pregunto por el hecho de que a Transbank se le acusa de ser una empresa monopólica y de abusar de su posición dominante en el mercado, ya que es el único ente autorizado para procesar tarjetas de crédito bancarias tanto en comercios establecidos como en internet mediante su plataforma webpay. Sobre ese punto señala: «La autorización viene arrastrada desde el año 1991 y se la dio los Piñera, José y Sebastián, ellos firmaron la concesión de las tarjetas de créditos»

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Cabe consignar que el ex Presidente Sebastián Piñera fue un accionista minoritario de la empresa Bancard y fundador de Fincard, la primera, se convirtió en la empresa operadora de las marcas Mastercard y Visa en Chile y fue vendida a Transbank en 1989, la segunda sociedad operaba la tarjeta de crédito Magna (para segmento económico emergente) y fue vendida al Banco Santander (actual Santander Banefe) en 1993.

Piñera fue en un comienzo accionista minoritario de Bancard, una de las empresas que llevaron el negocio de las tarjetas de crédito a Chile. Piñera poseía inicialmente el 2,94% de las acciones, y para mediados de la década de 1980 ya se había hecho del control de la empresa. Después de la crisis económica de 1982, Bancard comenzó un fuerte periodo de expansión, llegando en 1987 a controlar el 87% del mercado, que llegaba a casi medio millón de tarjetas.

En 1986 la ley de bancos fue modificada para que estas instituciones pudieran ser emisores de tarjetas de crédito, lo que hizo al mercado mucho más competitivo. En 1987 Piñera creó Fincard (actualmente Santander Banefe), que llegaría a ser la mayor emisora de tarjetas de crédito de Chile. Fincard lanzó al mercado Magna, una tarjeta orientada a segmentos de la población con menores ingresos para acceder a las tarjetas tradicionales. Intentó vender la empresa al Banco de Chile pero éste no fue autorizado a concretar la compra.

En 1989 vende Bancard a Transbank, entidad creada aquel mismo año por siete financieras, en unos US$40 millones, y luego en 1993 vende Fincard al Banco Santander, en US$60 millones.

Por último, nuestra fuente cercana a Transbank, nos menciona otros dos ejemplos de cómo afecta al mercado la posición dominante de esta empresa.

«Hay una diferencia entre las Pymes y las grandes empresas respecto al modelo de máquina de POS (dispositivo electrónico para la gestión de venta). Cuando eres Pymes utilizas una máquina con un chip celular o conectado a la línea telefónica. En cambio, las grandes empresas utilizan una cuestión llamada «host to host» que son conexiones a internet. Las diferencias pesan cuando, por ejemplo, se acerca la Navidad. Hay momentos en que hay muchas transacciones y se caen los sistemas. Los que se caen son los chip celulares y las líneas telefónicas de los Pymes. En una situación así, tocando la festividad, piensa lo que pasa si se cae tu sistema de pago y no hay plata en los cajeros. Simple, tu consumidor se van a las grandes tiendas».

Otra situación injusta es en la forma de pago: «Si tu pagas con tarjeta de debito son 24 horas hábiles bancarias, eso significa que el corte es hasta las dos de la tarde. Si tú realizas una venta a las dos de la tarde te pagan dos días después. Te la depositan en la cuenta corriente que tú indicas. En el caso de crédito son 48 horas bancarias. Si yo le ofrezco a mis clientes pagar en crédito, por ejemplo en 10 cuotas, Transbank te las va a depositar en esa mismas 10 cuotas y en los mismos 10 meses. En otras palabras, si la oferta queda en mano de las Pyme, Transbank no se las va a depositar todo al tiro, se lo va a depositar en 10 meses. Si es a través del banco, al comercio se lo pagan al tiro. La oferta del crédito, siempre por preferencia va quedar en el banco no en quien ofrece el crédito«.

«Ahí te das cuenta del movimiento financiero, las oportunidades de negocios. Al final la están teniendo los bancos. Es una forma de corralito. Piensa tú que a los trabajadores de Transbank se les paga con tarjeta Santander«, concluye.

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