Obviando la amenaza de veto anunciada por el Presidente, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves -sin dificultad- un proyecto de ley para suspender el programa de la Casa Blanca de ayuda a los refugiados sirios que quieren entrar en el país. El resultado fue 289 frente a 137, con 47 demócratas sumándose a los 242 republicanos que votaron a favor, creando una mayoría que, en principio, podría imposibilitar el veto presidencial.
El proyecto de ley hace casi imposible la admisión de los refugiados ya que serán los máximos órganos de seguridad de Estados Unidos, como el FBI o el Departamento de Seguridad Nacional, los que certifiquen que cada refugiado admitido en el país «no representa una amenaza a la seguridad».
Esta medida es una consecuencia más de los ataques del EI en París del pasado 13 de noviembre. Muchos Estados de EE.UU. se oponen a acoger a refugiados sirios. A raíz de la crisis migratoria que azotó a Europa este verano, el país tenía previsto recibir 30.000 refugiados de Siria en 2016. Sin embargo, 31 Estados afirman ahora que dificultarán su reasentamiento o que incluso lo detendrán por completo.
La lucha ahora se centrará en el Senado, porque para anular un veto del Presidente, se necesita el apoyo de dos tercios de ambas cámaras -labor titánica en el caso del Senado-. Es una empresa difícil: históricamente el Congreso ha anulado menos del 10% de los vetos presidenciales.