Crítica se mostró la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, frente a parte del sector privado que —en su opinión— está obsesionado con la modernización de las relaciones laborales.

«Creo que en algunos empresarios, no en todos, hay una obsesión por derribar esta reforma, como un objetivo en sí mismo, sin reconocer que como país debemos asumir que estamos bastante atrasados en esta materia y que, por tanto, necesitamos una modernización de la legislación», dijo Rincón en entrevista con La Tercera.

«Cuando uno se sienta con los empresarios a explicar el detalle de las modificaciones, hay matices. Le aseguro que si en una indicación prohibiésemos la huelga, nos estarían aplaudiendo de pie, pero eso sería negar un derecho consustancial a la negociación colectiva. Como eso no lo lograron, nos siguen pegando, pero tienen que entender que un empresario necesita tener buenas relaciones con sus trabajadores», agregó.

Según la ministra, hay voces en el sector empresarial que hablan bien de la reforma, entre ellos «(Roberto) Fantuzzi, (Jorge) Awad y el presidente de Masisa (Roberto Salas)».

«Yo creo que hay más de los que uno imagina, pero como aquí se estigmatiza y si se habla bien de una reforma que es importante para los trabajadores se sufre una suerte de castigo por los pares, probablemente se quedan muchos callados. Pero yo lo que veo, y me lo han dicho a mí en reuniones privadas, es que en las relaciones que tienen con sus trabajadores, la verdad es que lo que está haciendo la reforma no es distinto de lo que ellos ya hacen con sus trabajadores y sindicatos», concluyó.