Bajo el título “¿Qué les espera a las FF.AA.?”, Gonzalo Rojas, el columnista favorito de los más duros de la derecha chilena, sorprende este miércoles con esta columna llena de conceptos propios de la Guerra Fría y del modelo comunicacional de la dictadura, donde el culpable de todos los males “es el demonio comunista”.
Rojas, en el no menos anticomunista Mercurio, hace un análisis terrorífico en el que simplemente –de manera poco seria- sostiene que el gobierno y la izquierda quiere destruir a las FF.AA. nacionales y aplicar el modelo venezolano; más aún, dice que la modernización de las instituciones de la Defensa como es la creación el Estado Mayor Conjunto, no es más que un intento por controlar políticamente a los uniformados ideado por los “comunistas”, ese sería el único trasfondo del cambio de Carta Magna señalando que: “Sea cual sea el mecanismo que el Gobierno logre poner en práctica para cambiar la Constitución, uno de los temas de mayor interés para las izquierdas es el de las FF.AA.”.
Según Rojas el cambio de Constitución que se propone en Chile tiene como principal objetivo desmantelar y borrar el rol de las FF.AA. Por cierto, nada más lejos de la realidad, porque lo que propuso este martes la Presidenta es un proceso para que el país tenga un Carta Magna, moderna, inclusiva y democrática, es decir que incluya a todos los sectores de la sociedad sin exclusión. Por lo tanto el análisis de Rojas, es antojadizo y falso porque coloca un tema que no está en el debate nacional como es el de la FF.AA.
La columna de Rojas resulta una invención delirante dado que en su discurso de anoche, la jefa de Estado nunca se refirió al texto constitucional, lo que definió ayer fue un cronograma de trabajo que culminará con la redacción de la nueva Carta Magna:
Bachelet anuncia proceso para nueva Constitución e incluye Asamblea Constituyente
Rojas en su delirio culpa a los comunistas de ser los autores reales de la propuesta de cambio de Constitución propuesto en la noche del martes por la Presidenta Bachelet argumentando que: “A diferencia de todos los demás políticos, los comunistas no necesitan imaginación. Cualquier cosa que propongan, por inverosímil que parezca, resulta coherente con su intención de correr las fronteras del sentido y de la acción. Así van demoliendo las instituciones”.
Pero Rojas, en su delirio escribe, “por razones históricas e ideológicas, no las van a dejar tranquilas. Ante todo, intentarán cambiar la definición de su papel en la vida de la República. No faltarán quienes promuevan una institucionalidad en la que las FF.AA. estén reguladas del modo en que las concibe la Constitución venezolana, incluyendo tareas de “mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional”, es decir, con una clara dimensión política. Eso implicaría un cambio en su integración, incorporándoles un cuarto cuerpo, la Guardia Nacional, como lo consagra la Constitución venezolana…”
Rojas cree que la moderna estructura de Mando Conjunto que han instaurado por ejemplo Perú, Colombia y otros países de la región, obedecen a la lógica de la estructura marxista “También se verá afectada la estructura de mando, porque hace ya mucho tiempo que se viene intentando convencer a nuestros uniformados de la supuesta bondad del mando conjunto, haciendo así mucho más fácil el control político de las FF.AA.”.
Rojas cree que “la discusión (Nueva Constitución) será apasionante, porque tocará una de las fibras más íntimas del ser nacional, guerrero desde sus orígenes, pero, además, tendrá una connotación decisiva para el futuro de las libertades en Chile…Mientras los comunistas dominen la estrategia, todo es posible”, remata la afiebrada columna.
Al leer la columna completa de Rojas, queda la sensación de que este abogado, admirador de Jaime Guzmán y de Augusto Pinochet, vive en un tiempo y espacio de otra dimensión, solo así se puede entender esta mezcolanza de conceptos, ideas y temores a los “comunistas comeguguas”.