Por 14 votos contra dos, la Corte internacional de Justicia (CIJ) rechazó la objeción preliminar presentada por Chile, al determinar que sí tiene competencia para resolver sobre la demanda boliviana por una salida al mar. Fue el presidente del tribunal internacional, Ronny Abraham quien dio lectura al fallo. El dictamen establece que ahora deben ir al fondo de la solicitud y que el CIJ es competente para pronunciarse sobre el tema, y resolverá si Chile tiene un compromiso de negociar una salida soberana al mar para Bolivia. Y de existir éste, Chile no ha cumplido con este acuerdo.
No esperábamos este resultado, el debate previo anticipaba, que probablemente el Tribunal, fallaría postergando la evaluación de incompetencia hasta dar una sentencia definitiva, o considerándose competente en algunos temas e incompetentes en otros.
Las declaraciones no faltaron, “no hemos perdido nada dijo la presidenta Bachelet”, pero nadie consideraba dicha posibilidad , si lo que estaba en cuestión no era el tema de fondo, si no lo que buscábamos era que el tribunal se considerara incompetente, y eso en vez de lograrse estuvimos muy lejos de conseguirlo. Tampoco la sentencia fue ecuánime”, como indicaban los precedentes, al menos cuando respondimos la demanda marítima de Perú, la sentencia intentó dejar conforme a cada uno. Acá no. No hay como consolarse, fue una derrota en toda la ley.
Los expertos en derecho internacional ridiculizaron los denominados “derechos expectaticios “que Bolivia defiende con ahínco y que deberá corroborar cuando se vea el tema de fondo. “Eso no existe reiteraban” Es decir, Chile no puede haber generado un compromiso de negociación, dado que en cinco oportunidades desde 1950 en adelante intentó negociar y acercar posiciones para darle una salida al mar a Bolivia. Recuerden que el derecho internacional posee como fuentes: los tratados y los precedentes. Ahí generamos precedentes.
Como bien lo señala la experta en Derecho Internacional Paz Zárate, lo que la Corte reforzó eso sí, es que Bolivia sostiene que existiría una obligación que Chile habría asumido en el pasado y la habría incumplido. Y “para averiguar eso necesita conocer el fondo. No puede con los elementos preliminares resolverla”.
Comparto esa conclusión, pero ayer antes del fallo, todos señalaban que con Bolivia no había nada que discutir, porque todo estaba zanjado por medio del Tratado de 1904. Y ese tratado no puede ser cuestionado, por ser anterior al pacto de Bogotá de 1948 y porque los tratados sólo se modifican por acuerdo entre las partes. Lo que obviamente no es el caso.
Recién comienza un largo juicio, pero debemos enfrentarlo con menos soberbia, y con un discurso más directo, para concienciar a la opinión pública, más allá de los chauvinismos, sobre las razones, los derechos que tenemos y lo que realmente está en cuestión.
Porque al escuchar las declaraciones de muchas autoridades, pareciera que lograron impedir que cercenaran nuestro territorio, lo que no estaba en cuestión, más vale evitar falsos triunfalismos, reconocer que perdimos, para ver si en la sentencia definitiva, somos capaces de imponernos con claridad como lo hizo Bolivia hoy.