Tras desacelerarse a un 7,3% en 2014, el crecimiento chino debería alcanzar este año alrededor de un 7%, según las cifras de ese gobierno. Este número sería el más bajo en casi 25 años.
«Esta nueva contracción muestra que el sector manufacturero ha alcanzado una etapa crucial en el proceso de transformación estructural del modelo económico chino», indicó el economista del gabinete del grupo Caixin, He Fan, señalando que existe una demanda en retroceso.
Aunque Pekín defiende la «nueva normalidad» de un crecimiento ralentizado, fruto de sus intentos por re-equilibrar la economía de China hacia el consumo interior, los servicios y la alta tecnología, en detrimento de las exportaciones y de la industria pesada, pilares tradicionales del crecimiento.
«Habrá que mostrarse pacientes, a la espera de que las políticas destinadas a estabilizar surjan efecto», añade He Fan, quien estableció un índice PMI de 47,0, contra los 47,3 registrados en agosto pasado, según datos calculados por Markit y publicados por Caixin.
Este índice está en su nivel más bajo desde marzo de 2009, según las estadísticas de Markit. Una cifra superior a 50 marca una expansión de la actividad manufacturera, un índice inferior señala una contracción. El PMI se elabora en base a los pedidos y diversas señales de actividad de las empresas.
Tras un llamativo hundimiento de las bolsas chinas y las turbulencias provocadas por la repentina devaluación de su moneda, el yuan, varios indicadores encendieron las alarmas sobre el estado de la economía china.
