Internet, en un principio, fue diseñada por humanos para humanos. Un ciberespacio donde fuera posible intercambiar información. Con la incorporación de dispositivos y sensores a este tráfico global, Internet no sigue siendo solo para humanos sino también “de las cosas”.
El término Internet de las Cosas o Internet of Things (IoT), es el concepto de que los dispositivos tecnológicos de uso común puedan estar conectados a la red de redes, enviando y recibiendo datos e incluso conectados entre ellos mismos.
La cantidad de datos generados e información disponible en Internet crece día a día y se encuentra en un nivel sin precedentes. La incorporación de dispositivos que envían datos a través de la red es una de las razones del incremento en el volumen de datos disponibles. El abaratamiento de los sistemas de almacenamiento de datos ha permitido que guardar los datos no sea un problema. No obstante, el desafío se presenta en la capacidad de procesar la, cada vez mayor, cantidad de datos recolectados por las empresas.
Tablets y teléfonos inteligentes es lo que viene a la mente cuando hablamos de dispositivos conectados a Internet. Sin embargo, no son los únicos y en IoT se habla de aparatos como automóviles, relojes inteligentes, luminarias y electrodomésticos conectados a la red, televisiones inteligentes, sensores enviando mediciones a través de la red, datos generados por drones de uso personal, etc. Las instancias de generación de datos para IoT son múltiples, siendo una de las principales aplicaciones el análisis de datos recolectados por sensores en Smart Cities o Ciudades Inteligentes.
Las empresas líderes en tecnologías tienen un gran interés en el futuro de IoT. Se encuentran invirtiendo bastante en Investigación y Desarrollo de IoT porque quienes sean capaces de liderar el movimiento actual serán capaces de liderar la industria en los próximos años. Están preocupados de disponibilizar a la comunidad de usuarios, plataformas de desarrollo y apoyar estándares que compatibilizan con sus propuestas y sistemas.
Big Data y las tecnologías como Hadoop, Spark o derivadas hacen posible el análisis de estos grandes volúmenes de datos. Con sensores y dispositivos transmitiendo en tiempo real, es posible monitorear y controlar casi cualquier negocio o industria. Con un impacto importante en los tiempos de respuesta para la toma de decisiones, las sistematización de acciones repetibles y un seguimiento constante de los procesos de la organización.
En conclusión, la Internet de las Cosas es un tópico emergente para los próximos años. Habrá un involucramiento importante por parte de la industria tecnológica pero sin duda también de los gobiernos interesados en hacer más eficientes las ciudades y la vida de los ciudadanos.